El Museo Paula Rego se ubica en Cascais, Portugal, y fue proyectado por el arquitecto Eduardo Souto de Moura en 2005, construyéndose finalmente en 2009. El terreno elegido era un bosque rodeado por un muro con un gran claro en el centro, ocupado anteriormente por antiguas pistas de tenis de un club deportivo.
El concepto principal fue desarrollar un conjunto de volúmenes de diferentes alturas para responder al programa de necesidades del museo. La disposición de estas cajas o volúmenes funciona como un «positivo mineral» respecto al «negativo» dejado por el perímetro de las copas de los árboles talados. Este juego de contraste entre el artefacto construido y la naturaleza existente llevó a elegir el hormigón rojo como material exterior, en oposición al verde del bosque original.
Para jerarquizar y no presentar una mera suma neutra de cajas, se introdujeron dos grandes pirámides o lucernarios en el eje de entrada, destinados a albergar la biblioteca y el café. Esta solución estuvo influenciada por algunos referentes históricos como la cocina del Monasterio de Alcobaça, casas del arquitecto Raul Lino y grabados de Boullée.
Uno de los principales objetivos fue que cada sala de exposiciones tuviese una apertura visual hacia el exterior y el jardín circundante, contrastando la realidad abstracta del arte contemporáneo con la realidad cotidiana y natural del entorno.
El proyecto consta de varias plantas con diferentes usos, organizadas en torno a patios y conectadas mediante circulaciones verticales. La planta sótano alberga áreas de servicios e instalaciones; la planta baja concentra los espacios expositivos principales; y las plantas superiores ubican la biblioteca, cafetería, talleres y oficinas administrativas.
En cuanto a los sistemas constructivos, se emplearon soluciones de fachadas ventiladas, muros cortina, falsos techos registrables, pavimentos técnicos elevados y una cubierta de zinc, buscando una envolvente de alta calidad y eficiencia energética acorde al programa museístico.
En resumen, el Museo Paula Rego supone una intervención cuidadosamente implantada en el lugar, mediante una rotunda volumetría de hormigón cuya implantación y tratamiento exterior buscan generar un diálogo armonioso entre el edificio y el entorno natural preexistente.