El proyecto contempla la reconstrucción y ampliación de una ruina existente para convertirla en una casa de fin de semana. Se ubica en un terreno de 4.060 m2 con características morfológicas extraordinarias, colindante con el Río Cávado y un arroyo afluente dentro de un área natural protegida donde no se permitía talar árboles.
Desde un inicio, se identificó que la implantación de la casa sería un aspecto delicado dado que el lugar era la motivación principal para su construcción. Los clientes, practicantes de esquí acuático, buscaban disfrutar de las vistas panorámicas excepcionales del río, las cuales debían integrarse armónicamente al interior de la vivienda sin que esta interfiriera con el paisaje natural.
El programa contemplaba áreas para la pareja, su hijo, una suite de huéspedes preferiblemente separada de la casa principal, así como un balneario con duchas, baños y bodega de apoyo para las actividades acuáticas. El área construida debía ser pequeña, condicionada por las dimensiones reducidas de la ruina preexistente.
La orientación final de la casa, ortogonal a las curvas de nivel, buscó una mejor relación con el terreno y la plataforma plana donde se asienta, permitiendo conservar la vegetación existente y mayores zonas de estar exteriores. Su implantación elevada con un gran voladizo sobre el talud inferior acentúa la transparencia visual desde el río y reduce la ocupación en el suelo.
El sistema constructivo de hormigón armado evoca la imagen de un barco encallado, en referencia dialéctica a la Casa Malaparte. Los detalles de la cofradura de madera se diseñaron cuidadosamente para lograr la plasticidad deseada del hormigón en armonía con la vegetación exuberante.
En el interior, se optó por forrar paredes y techos con paneles de madera contrachapada de abedul sobre aislamiento, brindando una sensación de calidez y confort. La transparencia transversal de los espacios se logró mediante una losa de cimentación rígida que soporta las cargas en voladizo sin necesidad de apoyos intermedios.
La ruina de granito existente se recuperó y acondicionó en dos niveles: planta baja como área de apoyo para ski acuático con bodega, baños y duchas revestidos en viroc; y planta alta con un pequeño espacio de huéspedes de dormitorio y baño revestido en madera de abedul.
En el exterior, los accesos peatonales se resolvieron con caminos de calzada portuguesa y una escalera de bloques de granito de la región, integrándose con la pequeña explanada exterior en opus incertum. La iluminación se ubicó estratégicamente de forma sutil para no alterar la naturaleza del entorno.