El proyecto de la Biblioteca de Caminha, situado en Portugal, se desarrolló entre los años 2005 y 2016 como parte de una iniciativa para la red nacional de bibliotecas públicas lanzada en los años 90, enfocada en la creación de recursos que fomenten la lectura y la circulación de libros. El terreno destinado a la construcción se encuentra en la zona histórica de la ciudad, cerca de la Catedral y otros monumentos, integrándose armónicamente en el tejido urbano existente.

El diseño arquitectónico fue liderado por Nuno Brandão Costa, quien colaboró con profesionales como Inês Pimentel y Cíntia Pires. La propuesta arquitectónica conserva las fachadas oeste y sur de una casa del siglo XX preexistente, mientras que el interior y la fachada que da al patio fueron completamente demolidos. Este respeto por el patrimonio coexiste con la introducción de un nuevo volumen de geometría contemporánea que contrasta y complementa la masa existente.

Este nuevo volumen alberga áreas funcionales específicas como una sala infantil en la planta baja y un espacio multifuncional en el sótano, que incluye oficinas administrativas y depósitos, iluminados naturalmente por un patio creado en el terreno. En el primer piso, se encuentra una sala de lectura informal, caracterizada por un techo que evoca un artesón tradicional y grandes superficies acristaladas que miran hacia una plaza abierta creada por la demolición de muros perimetrales, facilitando así la conexión con el espacio público y el museo adyacente.

La biblioteca no solo se presenta como un espacio de almacenamiento de libros y lectura, sino también como un elemento catalizador de la vida cultural de la comunidad, promoviendo la integración social y el acceso al conocimiento. Los materiales empleados, como el hormigón, el ladrillo y la piedra, se seleccionaron para dialogar con la textura y la escala del entorno urbano, mientras que detalles constructivos y elementos estructurales se diseñaron para reflejar un lenguaje contemporáneo que respeta y celebra la historia del lugar.